Bélgica

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Histórica pero moderna, burocrática pero extraña, segura de sí misma pero poco llamativa, Bruselas es multicultural desde sus raíces.

A veces parece como si cada edificio de la ciudad se estuviera convirtiendo en una galería de arte contemporáneo, desde casas adosadas hasta pistas de patinaje y el vasto garaje Citroën junto al canal que se está remodelando para exhibir arte conceptual.

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Amberes es la segunda ciudad de Bélgica, el puerto más grande y la capital de lo cool.

A mediados del siglo XVI fue una de las ciudades más importantes de Europa y hogar del pintor superestrella del barroco Pieter Paul Rubens, como muchos museos le recordarán regularmente.

A pesar de muchas tribulaciones históricas a partir de entonces, y de los severos bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, Amberes conserva un intrigante corazón medieval con muchas calles adoquinadas llenas de cafés, una fortaleza junto al río y una catedral verdaderamente impresionante.

Hoy, sin embargo, los principales atractivos de Amberes son su vibrante escena de moda y entretenimiento, junto con sus sorprendentes contrastes arquitectónicos y culturales.

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Dinant tiene un entorno sorprendente, a lo largo de la orilla de un río bajo acantilados espectaculares. El pueblo es una excursión agradable para una excursión de un día, destacada por una visita a su ciudadela en lo alto de un acantilado y un crucero pausado (o un viaje en kayak más vigoroso) a lo largo del Mosa.

También tiene buena cerveza (Dinant es el lugar de nacimiento de la famosa cerveza Leffe Abbey Ale) y una buena cantidad de Sax, Adolphe Sax, eso es. El creador del saxofón creció en Dinant, y las esculturas que salpican el centro de la ciudad rinden homenaje a su innovador invento musical