Tenía 5 años de edad y recuerdo perfectamente las palabras de mi mamá: “Ya te tienes que salir de la alberca por que si no se nos va a hacer tarde para ir a cenar”

Era mi segunda vez en una playa, en esta ocasión fue Cancún en el Hotel JW Marriott, llevaba desde las 9 de la mañana nadando y saltando entre alberca-mar-alberca todo el día, había oscurecido y estaban a punto de cerrar la alberca.

A pesar de haber pasado más de 22 años de ese momento, lo recuerdo perfectamente, inclusive el nombre del hotel. No quería salirme del mar o de la alberca, me fascinaba el agua. Era tanta mi obsesión con estar nadando, o al menos mojándome, que el traje de baño que me habían comprado se decoloró al punto donde se me trasparentaba de la parte de atrás.

Cada vez que un lector me pregunta ¿qué fue lo que te impulsó a viajar? La respuesta es sencilla, mis vacaciones de niño.

Alberca Hotel Marriot Cancun

Hacer la maleta (o ver como lo hacen tus papás), subirte a un avión, observar por la ventana como despega y aterriza, tratar de encontrar diferentes figuras en las nubes y empezar a visualizar la costa cuando has llegado a tu destino.

Cada una de estas experiencias son únicas y fascinantes; no importa cuantas veces he viajado, aún me sigo emocionando con lo anterior y todo surgió en Cancún.

Dentro de los recuerdos mas vívidos de estas vacaciones son el de unos hombros rojizos por no querer ponerme bloqueador y salir corriendo al mar inmediatamente después sin esperar a que se absorba un poco, hacer fila para el desayuno bufete del restaurante, ir a pedir las toallas de playa, jugar voleibol o integrarme con alguna de las actividades de los animadores del hotel.

Avion Cancun

A grandes rasgos parecerán que son cosas insignificantes pero para un niño de 5 años no lo son, era de las primeras experiencias de mi vida fuera de casa. En casa jamás tenía que pedir toallas, ahora tenía que hacerlo y recuerdo que me sentía importante.

Siendo niño este tipo de experiencias te marcan y son las que forjan las decisiones que tomarás más adelante en cuestión de viajes.

No hay edad para viajar y pensar que “No tiene caso, es muy pequeño y no se acordará de nada” es falso. Yo era pequeño cuando comencé a viajar y mis recuerdos son de los mejores que tengo.

tulum cancun

Es cierto que viajar con niños no es sencillo, en mi caso si lo era pues una alberca y el mar es más que suficiente para mantenerme entretenido todo el tiempo (inclusive ahora) pero si viajas a Cancún como un destino familiar hay cientos de actividades que hacer, cuando yo fui, que fue antes del Huracán, recuerdo que jamás me aburrí y mi mamá jamás tuvo problemas para mantenerme ocupado, ahora las actividades se han multiplicado por centenares y sobre todo en actividades familiares.

Yo visité Xcaret, las ruinas de Tulum, hice snorkel, paseé en lancha para ver el atardecer y en su momento me tocó nadar con un tiburón (aunque ahora que lo pienso no lo volvería a hacer por cuestiones éticas) y cada actividad es justo lo que un niño necesita para llenarlo de recuerdos de infancia que jamás olvidará.

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Si buscas unas vacaciones para relajarte, olvidarte de todo y que tus hijos se diviertan busca un hotel en donde tenga todo incluido y te brinde la mayor comodidad posible, de esta forma no tendrás que preocuparte por nada.

Por mi parte, en un futuro cuando regrese a Cancún con mis hijos intentaré revivir mi infancia incluyendo el hotel dónde me hospedé, el Hotel JW Marriott, por que son justamente mis recuerdos de la infancia los que me hicieron querer salir a descubrir el mundo.

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Este artículo fue patrocinado por Marriott sin embargo todas las opiniones expresadas son de mi autoría.