Sin tener idea del tipo de curso que tomaría o lo que me enseñarían me siento completamente satisfecho de mi decisión, en verdad creo que fue un gran curso y platicando con personas que han tomado muchos otros cursos de meditación aquí en India, lo cual parece ser muy normal entre la población de este país, me comentaron que en verdad este es de los mejores.

Antes de entrar al detalle de mi experiencia te contaré un poco sobre el curso de meditacion Vipassana.

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La técnica de meditacion Vipassana, que es la técnica que iluminó a Buda (Gautama Buda), se desarrolló principalmente en India y se empezó a esparcir por el mundo hace 2500 años, con el paso del tiempo se fue perdiendo en los diferentes países pero tan sólo permaneció en su estado original en Burma / Myanmar.

S.N. Goenka era un empresario exitoso el cual se vio envuelto en el ritmo de la vida empresarial con la única obsesión de hacer dinero y ser importante, debido a esto su salud se fue deteriorando hasta el punto que tenía que recibir inyecciones de morfina para aliviar sus migrañas.

Después de visitar a varios doctores alrededor del mundo, sin remedio, uno de ellos le sugiere que intente esta meditación. Lo hace y después de unos años regresa a India, en donde su madre estaba, para empezar a dar cursos a sus familiares y amigos.

Sus cursos se esparcieron como el fuego y en poco tiempo ya eran reconocidos por toda India, al cabo de unos pocos años fundó el Vipassana Research Institute, con el fin de promover la técnica de meditación Vipassana.

El instituto se creó con una sola función, esparcir el conocimiento.

Para lograr que este conocimiento llegue a las personas de la forma adecuada y éstas se involucren realmente todos los cursos funcionan en base a donaciones. No tienes que pagar nada.

Por 10 días vives la vida de un monje, nada te pertenece, todo se te da: comida, hospedaje, clases, etc.

Esto hace que no puedas exigir nada y que las personas que están ahí es por que realmente quieren estar, el único costo que tiene es que tienes que comprometerte a realmente trabajar desde las 4am hasta las 9pm.

Al final del curso, si consideras que te ayudó y quieres contribuir puedes hacer una donación, así como otras personas hicieron donaciones para que tu pudieras tomar el curso se te pide que, dentro de tus posibilidades, hagas posible que este conocimiento llegue a más personas donando.

Todos los centros a nivel internacional funcionan de la misma forma.

Con lo anterior dicho, ¿Cuál fue mi experiencia en estos 10 días? Lo pondré cronológicamente para que observes la evolución de estos días, pondré mucho dialogo interno pues 10 días de reflexión hace que hables contigo mismo más de lo necesario.

Día -5

Los días antes de entrar al curso de meditación renté una habitación a las afueras de Mumbai con una familia usando Airbnb y me quedé ahí para planear el resto de mi ruta por India y después de India, pero lo que constantemente aparecía en mi mente era: “En unos días empezaré mi curso de meditación y yo jamás me he sentado de piernas cruzadas, creo que debería buscar si existe alguna forma de hacerlo más cómodo”

Ese día pase viendo vídeos en Youtube y leyendo artículos sobre cuales es la forma más cómoda de durar mucho tiempo sentado de piernas cruzadas, tan sólo recuerdo un consejo que decía:

Evita sentarte sobre las venas y arterias principales,

Yo tan sólo pensaba “Y ¿cómo diablos voy a saber cuales son las venas y arterías principales de las piernas?”

A partir de ese día empecé a practicar sentarme todos los días de piernas cruzadas aunque sea unos momentos, encontré que si acomodaba un par de almohadas debajo de mis piernas evitaba que se abrieran mucho y me doliera, ahora tan sólo tenía que encontrar almohadas en el curso.

Día -1

Esté día llegué al pueblo donde está la academia, en el pueblo no hay absolutamente nada más que una estación de trenes y unas cuantas casas.

A unos pocos kilómetros del pueblo hay unos Hoteles Spa para los que quieren salirse del ajetreo de Mumbai e irse a la naturaleza, realmente esto no me interesaba, tan sólo quería un lugar donde dormir.

No sé si fue por los nervios del curso o por que realmente comí algo que no me sentó bien en el estomago, pero digamos que mi noche no fue muy agradable.

Más de un mes en la India y no me había enfermado del estomago y ahora estaba en el baño del hotel pensando: “No puedo creer que pasaré mi primer día de meditación encerrado en un baño, si de por sí ya es complicado el hecho de estar sentado con las piernas cruzadas por mucho tiempo tampoco puedo lidiar con la posibilidad de tener que estar saliendo para ir al baño”

Día 0 – Inicio del curso de meditación

Amanecí muy temprano, no sé por que, pero lo bueno es que mi estomago ya estaba mejor, mucho mejor.

El campus está localizado en medio de un valle que está a las faldas de unas montañas, el lugar tiene una belleza natural impresionante, las lluvias constantes hace que todo esté rodeado de verde con unos paisajes hermosos y una tranquilidad absoluta. Este día fue el registro y la introducción.

Llegué alrededor de las 12 pm y por la cantidad de personas tarde más de 2 horas tan sólo para registrarme.

Éramos 3 extranjeros en un grupo de más de 250 Hindúes, inmediatamente resaltábamos de la multitud.

Mientras esperaba en la fila de registro me entregan un pequeño papel con las reglas que debo de seguir, entre ellos incluía el: no matarás a ningún ser vivo, tan sólo pensaba “Montañas + Lluvia + ríos y lagos = un montón de mosquitos y bichos, será una semana interesante.”

En el registro me hacen una entrevista previa y me recuerdan cosas como: No habrá cena, la última comida es a las 5pm, tendrás que estar 10 días aquí, ¿estas seguro de esto?.

Me entregan una sábana, una funda para almohada y un tapete, hacen que deje todas las cosas de valor como dinero, celular y joyas para resguardarlas en la oficina, pero también me piden que deje mi computadora, libros, cámara y cualquier material de lectura o escritura.

Las residencias son pequeñas habitaciones que se encuentran distribuidas por todo el campus, durante el registro escuché que puede que te toqué compartir la habitación.

Cuando me dirigía hacía mi habitación, la cual se encontraba al final del campus a la orilla de la montaña, tan sólo pensaba: “Por favor que haya una sola cama, por favor que haya una sola cama”

Abro la puerta y veo una sola cama, me tranquilizo y ahora mi mente pasa a mi segunda preocupación “Por favor que no esté lleno de bichos, por favor que no esté lleno de bichos”.

meditacion Vipassana

La vista desde mi habitación

La habitación era pequeña, unos 2 metros de ancho por 4 de largo, de los cuales 1.5 metros eran para el baño.

La cama era una colchoneta sobre una base de concreto y estaba muy limpio.

Por fortuna no había muchos bichos, tan sólo un par de grillos que dejé en libertad y 3 arañas en mi baño.

Eran 3 arañas patonas distribuidas en diferentes esquinas, desconozco su nombre científico, pero alguna vez escuché en algún lado que esas son las arañas más inofensivas de todas y que son bastantes buenas ya que eliminan a otros insectos, así que decidí dejarlas en el baño.

Honestamente no me iba a poner a sacar unas arañas de mi baño para ponerlas en libertad afuera de mi habitación.

Arriba de mi cama encontré otra araña, de esas pequeñas que saltan y son escurridizas, intenté sacarla pero después de varios minutos me desespere y la pobre no tuvo tanta suerte.

La verdad es que no iba a dejar que esa araña anduviera suelta por mi cama, tengo una historia que involucra a ese tipo de arañas, una ex novia y más 60 piquetes de araña en una noche, no pensaba dejar que se repitiera. Lo único que me consoló de matarla fue que oficialmente el curso no había iniciado.

A las pocas horas después de asignar la habitación fui a la platica introductoria y oficialmente el curso había iniciado.

Durante la platica nos repitieron unas 4 veces, ¿están seguros que se quieren comprometer a estar 10 días aquí? Esto es como estar prisionero, una prisión voluntaria.

Y en cierta forma tenía razón, no podíamos salir, no podíamos hacer ejercicio, tan sólo caminar en círculos a través de la zona designada para caminar, la comida se servía en un gran comedor y las filas que se formaban parecía como si estuviéramos realmente en prisión

Al terminar la platica nos llevaron al salón donde se llevaría acabo el curso y conoceríamos a nuestros profesores.

El salón era grande y circular, del lado contrario de la entrada habían 3 sillas en alto con unos cojines blancos donde se sentaban los profesores, el resto de salón estaba dividido en 4 secciones y en cada sección había unos 20-25 cojines grandes y azules en el suelo.

Se nos fue asignando un cojín a cada uno de los participantes, ese sería nuestro lugar durante todo el curso. Yo sólo pensaba “¿tendrán almohadas extras?”

Cuando nos habían asignado a todos nuestros lugares nos pusieron la primera grabación de las muchas que escucharíamos durante todo el curso.

Esta era una grabación de la voz de Goenka, empezó a explicar un poco sobre lo que era el curso y el primer ejercicio.

Toda la introducción y la explicación tardo unas 2 horas, yo estaba sentado en un cojín, vistiendo jeans y sin almohadas para sostener las piernas. “Esto no va a ser nada fácil y eso que aún no es el primer día.»

El ejercicio que nos encargó consistía en tan sólo observar la respiración, no acelerarla, ni controlarla, tan sólo observarla y estar consciente de ella. Eso fue todo, no dijo más.

Acabo el día y nos retiramos a nuestras habitaciones en silencio absoluto.

Dia 1

El día comenzó a las 4am con el sonido de un bong a lo lejos y luego unas campanadas por todo el campus.

Me desperté, me puse mi pijama (La cual había decidido que no sería pijama si no pantalones de meditación durante estos días) y fui al salón a meditar.

Al llegar le pregunté a uno de los asistentes si tenía almohadas extra, para mi fortuna me dijo que si, así que tome 3 de ellas y comencé a intentar acomodarlas de tal forma que me fuera más cómodo, al final creo que logré una posición relativamente cómoda.

Pasaron 2 horas de estar observando mi respiración, no es tan sencillo como parece, tu mente esta concentrada en ello y luego de la nada se va y se pierde en otros pensamientos, luego la obligo a regresar a la respiración y al poco tiempo se va una vez más.

Dos horas pasaron con este vaivén de respiración y pensamientos absurdos.

Cuando acaban las primeras 2 horas nos dan tiempo de ir a desayunar y bañarnos, así que llego a mi cuarto, entro al baño y saludo a las arañas. Recapacité y pensé “¿realmente estoy saludando a unas arañas? Ni siquiera llevo un día, ya estoy hablando solo y haciendo amigos imaginarios, bueno, supongo que tendré unas mascotas por unos días.

El día transcurrió tranquilo, intentaba quedarme quieto y no moverme mucho para aumentar la resistencia de mi cuerpo a estar sentado con las piernas cruzadas pero sin mucho éxito.

Lo que si noté es que a la mitad del día mi cerebro estaba agotado, estar tanto tiempo haciendo esfuerzo de concentrarme en la respiración lo había llevado a su límite.

Por la noche, después de la última meditación grupal pasan un vídeo con un mensaje de Goenka donde explica las enseñanzas de la técnica, del Dhamma y demás. Todos los vídeos están disponibles en Youtube por si les interesa verlos: Canal Dhamma

Durante este video se explicó lo que todo mundo sentimos durante el día, una oposición rotunda a la técnica, nuestro cuerpo manifestó de diferentes formas la inconformidad de aprender algo nuevo, no sólo nuestro cuerpo, también nuestra mente.

Continuamente nos llegaban pensamientos de ¿Qué estás haciendo? O la incomodidad de estar sentado se hacía visible, cada vez que aprendes algo nuevo o te sales de tu zona de confort tu cuerpo encontrará la forma de rechazarlo y lo expresará de diferentes formas.

Habló sobre el Dhamma, es un estilo de vida y no está afiliado a ninguna religión, secta o filosofía. Estos cursos los han tomado musulmanes, católicos, judíos, monjes budistas, jainistas, etc.

La felicidad es universal sin importar la religión a la que pertenezcas y esto es lo que busca Vipassana.

Dentro de este discurso comentó de la importancia de la respiración, en otras técnicas de meditación usan visualizaciones, control de respiración o mantras para lograr el objetivo, pero la pureza de esta técnica reside en eso, que no necesitas ningún apoyo visual o auditivo para lograr meditar, con algo tan sencillo y natural como lo es tu respiración es suficiente, sucede en tu cuerpo de forma natural, es el único movimiento que tiene características voluntarias e involuntarias, respiramos sin pensarlo y podemos controlarla si queremos. Esto era la base de la técnica, la respiración.

Acaba el primer día y mientras me dirijo a mi habitación pienso: “Esto fue sencillo, si así son el resto de los días fácilmente podré lograr los 10”, llego, me despido de mis arañas y me voy a dormir.

Día 2

El ejercicio del segundo día consistía en tener que empezar a sentir todas las sensaciones que suceden alrededor de la nariz, sentir como entra y sale el aire de las fosas nasales, si entra por la fosa izquierda o por la derecha, si sentimos un poco de comezón, sudor, brisa de aire, etc. Tenemos que empezar a ser conscientes de todas esas sensaciones.

Todos los días eran similares, eran 10 horas de meditación con descansos aproximadamente cada 1 o 2 horas. Algunos descansos eran de tan sólo 10 minutos, otros de una hora o dos para comer y descansar.

Ese día al regresar de comer para tomar una siesta, entro al baño y saludo a Camila, Patricia y Yolanda, mis arañas.

Realmente el día anterior les había puesto otros nombres pero como soy pésimo recordando nombres decidí que cada día o cada ocasión se llamarían con el primer nombre que se me viniera a la mente, así que en ese momento esos eran sus nombres.

El resto del día fue igual, tratando de mantener y comenzar a sentir las sensaciones de la nariz. Lo que más me impresionó es que cada vez podía sentirlas más y más, cosas que antes pasaban desapercibidas ahora estaban ahí, muy reales.

Reflexionando sobre la técnica me di cuenta que es un ejercicio muy bueno para el cerebro, pues lo estás obligando a mantener la concentración en un solo punto de tu cuerpo evitando que otros pensamientos lleguen, terminas exhausto pero es muy útil.

El discurso de esa noche no me gustó, no por el hecho de que fuera malo si no por que habló un poco sobre la filosofía del Dhamma y de Vipassana, hablaba de las verdades “absolutas” de los principios que hay que seguir y seguía insistiendo en su no afiliación con ninguna religión, ideología, culto o secta.

Personalmente nunca me ha gustado discutir temas de política y religión en la mesa o en mis escritos, pero tan sólo puedo decir que no importa que tanto se niegue el hecho de no ser una religión o no oponerse a ninguna, pero cuando alguien habla de cosas como “la verdad única y absoluta”, “valores únicos” y tiene algunas “reglas” que seguir, eso me suena a un tipo de religión. Si camina como pato, tiene plumas como pato, tiene un pico como pato y hace cuac, no importa cuanto lo niegues es un pato.

Como mencioné, no soy religioso y el curso lo hubiera tomado de cualquier forma si hubiera sido hinduista, budista, jaimista, taoísta, etc., lo que no me agradó fue la incongruencia de promover algo y demostrar otra cosa.

El lado positivo es que los siguientes días realmente nunca intentaron promover ningún tipo de afiliación a nada, se enfocaron exclusivamente en la técnica de meditación y hablar sobre las bondades de esta.

Este día terminé con muchos pensamientos encontrados pero decidí que le daría un punto de vista objetivo y una oportunidad a la técnica antes de rechazar cualquier cosa. Es impresionante como muchas personas rechazamos cualquier idea o experiencia por el simple hecho de ir en contra de lo que creemos.

Día 3

El ejercicio del día de hoy fue concentrar más la mente y enfocarme en sentir todas las sensaciones que se encuentran únicamente en las fosas nasales y debajo de éstas, nada más. Antes había tenido que enfocarme en toda la nariz, ahora cada vez el espacio donde había que enfocarme era más pequeño.

Lo único que podía percibir, y con gran esfuerzo al inicio, fue la diferencia entre las temperaturas del aire que entraba y salía de mi nariz. La ventaja de tener barba y bigote es que si realmente te concentras puedes sentir como recorre el aire entre los vellos.

En la segunda sesión, cuando pasamos con el profesor a revisar nuestra técnica nos dijeron que ahora meditaríamos en la Pagoda, que debíamos ir a buscar nuestro lugar.

Una vez más lo único que pensé fue: “Ya me había acostumbrado a mi pequeño cojín aquí, ahora tengo que ir rápido para intentar ganar todos los cojines que pueda y volver a crear un pequeño fuerte con almohadas.”

Camino a la pagoda no tenía ni idea de cómo sería, ¿acaso sería otro salón enorme pero dentro de la pagoda? O ¿sería como meditar dentro de algún templo?

En la pagoda principal busqué mi nombre en unas listas y vi que tenía un número asignado. Me comenta el asistente “tu celda de meditación está en otra pagoda, sígueme” El campus tiene como 4 o 5 pagodas, todas construidas de forma similar.

Llegué a la pagoda y busque mi pequeña celda de meditación.

Lo que me encontré fue algo muy similar a un cuarto de manicomio, al menos eso pensé.

Era un pequeño cuarto de unos 3 metros de largo por 1.5 de ancho, totalmente pintando de blanco pero muy oscuro, había una pequeña luz que era absolutamente lo mismo si estaba prendida o no, contaba con un solo cojín de meditación en el suelo y 2 cuerdas colgando de la pared.

“Definitivamente este es un cuarto de manicomio, ahí puedo atarme -viendo las cuerdas- si realmente pierdo la cabeza. Pero bueno, ya estoy aquí, vamos a meditar” Las cuerdas eran para colgar el cojín el último día del curso.

Antes de sentarme a meditar fui a dar una vuelta por dentro de la pagoda para ver si encontraba unas almohadas, para mi sorpresa si. Así que agarre cuantas pude para crear una vez más mi pequeño fuerte de almohadas.

Meditar dentro de la celda era bastante agradable, había un silencio absoluto, a diferencia de meditar en el salón principal donde podías escuchar los sonidos corporales del resto de los 100 compañeros que estaban ahí.

Ocasionalmente escuchabas toser, estornudar, moverse, algunos se quedaban dormidos y roncaban, si era después de comer el lugar parecía como un concurso de eructos, sin pena dejaban escapar el gas, creo que había una competencia no declarada entre algunas personas del grupo pues comenzaba uno, luego otro con un sonido un poco más fuerte y así sucesivamente, luego se callaban y comenzaban de nuevo, ocasionalmente escuchabas el sonido de un gas que escapa por otro lado que no era la boca y lo único que podías pensar era “por favor que no llegué el olor hasta acá”

Si de por si ya era difícil mantener la concentración sin ruido, con esta orquesta de sonidos corporales lo hacía imposible, pero en la celda era diferente, había un silencio absoluto y nada que te distrajera visualmente.

La primera meditación en las celdas era a las 4:30 am, aún de noche todo el lugar estaba completamente oscuro así que podías concentrarte y quedar absorto en tu meditación inmediatamente.

Por la noche cuando regresé a mi habitación me encontré con unos pequeños grillos en mi baño, se que debí dejarlos libres pero en su lugar hice lo que cualquier persona decente con unas arañas como mascota haría, las alimenté.

Fue algo interesante intentar atrapar el grillo sin matarlo y luego dejarlo caer sobre la telaraña para que la araña hiciera el resto, sin duda alguna, jamás había visto tan de cerca cómo comen las arañas, es sumamente educativo y entretenido.

Me fui a dormir al poco rato por que al día siguiente sería un día largo pues nos enseñaría la técnica de meditacion Vipassana.

Día 4 – Técnica de meditacion Vipassana

La técnica de meditacion Vipassana consiste en intentar sentir las mismas sensaciones de la nariz pero en todo el cuerpo, desde la punta de la cabeza hasta los pies. Estar consciente de cada sensación que se produce en nuestro cuerpo sea calor, frío, comezón, la tela tocando la piel, etc.

La parte filosófica de la técnica es que los seres humanos generamos tristeza y somos miserable debido a nuestros deseos y rechazos, es decir, cuando tenemos una sensación sumamente placentera que nos hace feliz, generamos un deseo de tener más sensaciones de ese estilo, cuando no las tenemos nos ponemos tristes.

Es como la típica persona que sale de una relación en pareja y tiempo después anhela mucho volver a tener la “felicidad” que tenía cuando estaba en esa relación.

De igual forma generamos rechazo inmediato a las cosas malas, cuando alguien dice algunas palabras en nuestra contra o nos sucede un evento desagradable, generamos un rechazo inmediato y tratamos de evitarlo a cualquier costa. Nuestra mente se centra en evitar repetir estas sensaciones, pero cuando más lo pensamos más las volvemos a revivir y el ciclo continúa.

Todas las sensaciones en la vida son temporales, buenas o malas. La misma vida es temporal, naces, vives y mueres. Somos eventos pasajeros y debemos de aprender a vivir de tal forma.

¿Qué tiene que ver esto con la técnica de meditación Vipassana? Absolutamente todo.

La segunda parte de la técnica, y la más importante, no sólo te enseña a sentir todas las sensaciones del cuerpo si no permanecer ecuánime a estas. Es decir tan sólo observarlas y verlas como realmente son, un evento temporal que pasará.

El comezón que sientes en la nariz pasará, no hay comezón que dure toda una vida, así como no hay sensación buena o mala que dure toda una vida.

Cuando logras tan sólo observar el dolor o la brisa que entra por la ventana y no desarrollar una emoción positiva o negativa ante ellas, permaneciendo ecuánime, le estas enseñando a tu cerebro a través de la experiencia de tu cuerpo a permanecer así con el resto de las sensaciones o situaciones que te suceden en el día a día.

Esta teoría suena muy bien, pero en práctica no es fácil, por eso es que la meditación tiene que ser una práctica constante.

Estás preparando a tu cerebro a controlar las emociones y no dejarse llevar por el rechazo o el deseo de éstas, inclusive en momentos difíciles como cuando tu pierna está completamente dormida y lo único que puedes pensar es “¿Cuánto tiempo podré soportar en esta posición antes de que se gangrene completamente mi pie y tengan que amputármelo?”

El último paso de la técnica Vipassana es desarrollar la fuerza de voluntad, y para desarrollar esta fuerza de voluntad se tiene que permanecer sentado en la misma posición por al menos una hora. No hay posición por más cómoda que sea que después de 10 minutos continúe siendo cómoda.

Todos estos factores hacen que tengas que luchar constantemente en percibir las sensaciones sutiles de tu cuerpo, como sería el percibir el roce de la ropa con tu piel, mientras estás evitando sucumbir ante la tentación de moverte por que tus rodillas duelen.

Con razón el 4to día es uno de los de mayor índice de deserción.

Dia 5

“Es imposible permanecer una hora en la misma posición, es simplemente imposible” Intenté cronometrar el tiempo y lo más que duraba era 15 minutos antes de que mi mente se volviera loca y una fuerza incontenible hiciera que me moviera a como fuera lugar.

Todo el 5to día luché y luché intentando durar lo más que pudiera estar en la misma posición, pero o intentaba permanecer en la misma posición o intentaba concentrarme en sentir las sensaciones por el cuerpo, ambas al mismo tiempo no eran posibles.

El ejercicio del día consistía en tratar de escanear el cuerpo de arriba abajo y de abajo arriba de forma sistemática pasando por cada parte del cuerpo, primero la cabeza, la cara, el cuello, los hombros, brazos, y así sucesivamente hasta los pies. Había lugares donde no existían sensaciones, lo más sutil que podía percibir con mucho esfuerzo, y si el dolor lo permitía, era el roce de la ropa.

Al final del día mi compañero de a lado rompió sus votos de silencio para intentar ayudarme con mi posición de sentado.

Me dice “Quita las almohadas e intenta sentarte así” su posición era imposible para mi, era flexionar completamente las piernas y colocar los pies debajo de estas.

Me limite a sonreír, verlo y decirle, imposible, luego le hice una demostración de mi flexibilidad de elefante.

Me dice “con el tiempo y practica lo lograrás” Volví a colocar mis almohadas y sentarme lo mejor que podía e intentar acabar el día luchando por permanecer inmóvil lo más que sea posible.

Día 6.

Durante toda la noche anterior antes de dormir intenté analizar mi postura para ver que podía cambiar para extender el tiempo en mi posición, llegué a una posible idea pero necesitaría más almohadas para llevarla acabo.

Al día siguiente solicité más almohadas y me dan otras 2, ahora literalmente tenía un cojín de meditación lleno de almohadas por todos lados. Cada vez que me sentaba era un ritual acomodar cada una de ellas en partes estratégicas de las piernas para poder soportar más el tiempo la posición.

No sé si serviría de mucho, pero tenía que hacer el intento.

El resto del día meditando pasó igual que los días anteriores, intentando percibir las sensaciones y permanecer ecuánime.

Honestamente nunca sentí una sensación placentera de las que hablaban, mis sensaciones o eran de dolor o muy irrelevantes como una brisa de aire o una gota de sudor. Nadie puede sentir placer o repulsión a una gota de sudor.

El discurso de ese día fue otro de los que no me gustó, empezó hablar sobre los elementos que conformen todas las cosas: Aire, Fuego, Tierra y Agua. Como todo nuestro cuerpo esta conformado de estos elementos y todas las cosas que nos rodean.

Esto fue demasiado esotérico, por decirlo de alguna forma, para mi escepticismo así que durante toda la plática mi mente divagaba en otros mundos creando historias fantásticas e imposibles, en una ocasión salvé un tren de un ataque terrorista y en otra ocasión tuve una cita con Eva Green.

Antes de retirarnos a nuestras habitaciones siempre realizábamos una última meditación de 30 minutos. Así que decidí hacer mi mejor esfuerzo.

Para este punto ya tenía calculado aproximadamente el tiempo que transcurre antes de que me empiece a doler cierta parte del cuerpo, por ejemplo, el lado izquierdo de la cadera empezaba a doler a los 10 minutos y el pie derecho se empezaba a dormir a los 20 minutos, así que habían pasado aproximadamente 20 minutos de estar sentado meditando cuando de repente sucedió.

Es difícil explicar la sensación pero sentía como si alguien hubiera desconectado el cerebro del cuerpo.

Sentía como si mi mente no estuviera en el cuerpo, todas las sensaciones estaban ahí pero ya no importaban, el dolor había disminuido e inclusive desaparecido de algunas zonas.

Sentía como pequeñas vibraciones recorrían cada parte de mi cuerpo de arriba abajo y de abajo arriba.

Estaba consciente de todo lo que sucedía alrededor mío pero no podía reaccionar a ello, mi cuerpo no me respondía estaba ahí inerte como un bulto.

Escuchaba y sentía todo, la clase había terminado pero yo seguía ahí, en ese estado sin poder reaccionar.

De pronto sentí una tranquilidad inmensa, como si alguien hubiera dejado presionado por mucho tiempo el botón que dice: “Producir serotonina”.

Para que entiendas la sensación, la serotonina es la culpable del sentimiento de placer y tranquilidad que se tiene después de tener un orgasmo, pero no estaba teniendo ningún orgasmo, estaba ahí sentado con mi mente flotando libremente.

Después de unos 10 minutos de haber terminado la clase y con mucho esfuerzo logré reaccionar y salir de mi trance, mi cuerpo me responde una vez más, abro los ojos y empiezo a pararme.

En el momento en el que salgo completamente de ese estado y he vuelto a la realidad una paz completa me absorbe, todo estaba bien, todo era perfecto. Esa noche dormí como nunca.

En el siguiente artículo describiré como fueron los últimos días.

Si quieres leer el artículo da clic aquí: Tercera Parte